Ilustración:
Ancient of days - William Blake. 

La importancia del texto, la letra y su soporte como medio de acceso y transmisión de un conocimiento revelado posee en la Alta Edad Media un sentido trascendental, especialmente entre los religiosos que veían en la escritura una forma de aproximación a la “verdad”. El presente artículo pretende dar cuenta de cómo la letra y el cuerpo adquieren un sentido místico en el caso del religioso alemán Heinrich Seuse, quien busca la unión del espíritu con lo divino por medio de la flagelación que, con un estilete, se infringe en su pecho con el monograma de Cristo: IHS. Sin embargo, será importante reconocer que los procesos de recepción de tales prácticas de devoción en el s. XIV fueron numerosas veces reprochadas por las cúpulas eclesiásticas, y los flagelantes tildados de locos. Este acto de devoción debe ser entendido, a nuestro juicio, no solo como una demostración de fe, sino además como un intento de purificación física y espiritual, que resulta ser una estrategia de búsqueda del conocimiento por medio del lenguaje encarnado y que desde la perspectiva de la locura y su relación con la “verdad”, debe ser nuevamente revisada y reinterpretada.