Ilustración: Lucia Urrea
Este ensayo parte del análisis de dos obras teatrales de Hugo Salcedo (Noche estrellada sobre el campo de pepinos y Nosotras que los queremos tanto) a partir de las cuales se ‘ensaya’ una hipótesis de trabajo tendiente a construir un fantasma fundamental de la dramaturgia mexicana de frontera (norte y sur) a confirmar por futuras investigaciones. Se postula la declinación de la función paterna en la sociedad post-edípica o permisiva como axioma del cual se desprenden los trastornos familiares que –siguiendo el concepto de ominoso tal como Freud lo definió— desembocan en violencias de todo tipo (incesto, abuso infantil, animalización, abusos sexuales y extremos siniestros de los mandatos impuestos por las tradiciones culturales, incluido el patriarcado y la religión). Se trabaja sobre los contextos del crimen y la posición de las mujeres, su explotación y sufrimientos, pero también los diversos grados de complicidad con el machismo y la sociedad heteronormativa. Las obras de Salcedo aquí consideradas, al carecer de una conclusión y justicia poética declamadas desde la escena, parecen plantear una recepción tendiente a generar un efecto de indignación que ponga en debate los principios éticos del público. También se explora hasta qué punto ya se puede hablar en el teatro latinoamericano de una praxis teatral orientada a la emancipación de la alienación promovida por el neoliberalismo.
Abstract
This essay starts from the analysis of two plays by Hugo Salcedo (Noche estrellada sobre el campo de pepinos [Starry Night over the Cucumber Field] and Nosotras que los queremos tanto [We Women Who Love You Men So Much]) from which a working hypothesis tending to build a fundamental phantom of Mexican dramaturgy (Northern and Southern borders) is ‘rehearsed’ in order to be confirmed by future research. The decline of the parental function in post-oedipal or permissive society is postulated as an axiom from which family disorders emerge and which lead –following the concept of ominous as Freud has defined it— to violence of all kinds (incest, child abuse, animalization, sexual abuse and sinister extremes of mandates imposed by cultural traditions, including patriarchy and religion). The essay also explore the contexts of crime and the position of women, their exploitation and suffering, but also the various degrees of complicity with machismo and heteronormative society. Salcedo’s plays considered in this essay lack a scenic conclusion and a poetic justice explicitly exposed on the stage; they seem to look for a reception tending to generate an effect of outrage that puts the ethical principles of the audience into debate. It also explores to what