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Ilustración de tapa: Venus, 2015. Ana Seggiaro (Bordado sobre tela impresa).

El objetivo de este volumen colectivo es explorar algunos trayectos significativos en torno al protagonismo que ha adquirido el cuerpo, no ya como cárcel del alma, o como reflejo armonioso y bello de lo espiritual, sino como lo absolutamente otro, la cosa abyecta y corruptible, asediada por la enfermedad, la anomalía, la muerte y la violencia y, al mismo tiempo, como escenario de inestables y cambiantes relatos de identidad. La materialidad carnal aparece, en este sentido, como un constructo social y cultural contradictorio, un oxímoron, en el que se puede leer un síntoma de la cultura contemporánea, su política de los cuerpos y sus modos de construir subjetividad. Específicamente, la serie de artículos que conforman este trabajo abordan una serie de figuraciones del cuerpo signadas por la presencia excesiva o la ausencia de la materialidad carnal: las formas en que la herida,  el dolor, y la violencia, desarticulan el cuerpo y lo abren a través de su sacrificio en la guerra, la tortura en el campo concentracionario o el ritual SM creador de placer; la evocación del cuerpo de Eva Duarte en la obra de arte  donde la ausencia misma de cadáver  se contrapone a la operación de manipulación y reificación que los acontecimientos históricos testimonian.; la presentación del cuerpo enfermo y trans, doblemente desviado respecto de la norma falogocéntrica,  la potencia y sentidos que  habilita este desvío; la disputa entre el discurso de las ciencias sobre el aborto y la literatura que lo resignifica como elemento constitutivo de la identidad; y el proceso de invisibilización del cuerpo, a través del cual se postula una teoría de la (des)identidad.