Ilustración de tapa: Foto gentileza de David Preston en Unsplash.
Ya que se ha dicho tanto que la historia como la conocíamos terminó, es que vemos este nuevo plazo como una condición posmoderna y una expansión de la ideología neoliberal, especialmente esta última, en su manifestación de globalidad como si esta fuera ‘el’ metarrelato para poder explicarnos, en alguna medida, la contracción del sujeto en este período. Por lo tanto esta indagación ha tenido como objeto examinar y problematizar, grosso modo, el uso poliexpresivo de los recursos estéticos-literarios como aparente escisión del sujeto en La poesía chilena (1978) y en El poeta anónimo (2013). Ambas obras de Juan Luis Martínez. Esto, mediante la interpretación de los recursos y objetos a través del uso de una semiósis exploratoria del fenómeno estético literario y de la representación científico descriptiva de la recursividad e intertextualidad poliexpresiva, ya que “ocurre, por cierto, que la nuestra no es una sociedad unificada y no posee, por lo mismo un solo lenguaje, ni un solo estilo” (Oyarzún 79). Por lo tanto no es al código lingüístico solamente que se ejerce presión, sino al lenguaje como capacidad productiva, incluso como microrrelatos lyotardianos, como aquellos que se funcionalizan de acuerdo al lenguaje particular.